Coin Press - Con sus paradojas, Belém pisa el acelerador para acoger la primera COP en Amazonía

Con sus paradojas, Belém pisa el acelerador para acoger la primera COP en Amazonía
Con sus paradojas, Belém pisa el acelerador para acoger la primera COP en Amazonía / Foto: Pablo Porciúncula - AFP

Con sus paradojas, Belém pisa el acelerador para acoger la primera COP en Amazonía

Tras servir un cuenco de açaí con dorada frita a un comensal del mercado de Ver-O-Peso, tarjeta postal de la ciudad amazónica de Belém, Sandra da Costa se limpia las manos y se ilusiona: "Al fin, la reforma que esperábamos hace tanto tiempo va a suceder".

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Con 200 operarios trabajando a destajo los siete días de la semana, el considerado mayor mercado a cielo abierto de América Latina es un reflejo de lo que vive estos días la capital del estado brasileño de Pará: una transformación frenética para acoger en noviembre la COP30, la primera conferencia climática de la ONU en Amazonía.

Pero el desafío es inmenso para esta urbe de 1,3 millones de habitantes surcada por canales en el norte de Brasil: enfrenta una acuciante desigualdad social y una falta de infraestructura, inclusive de alojamiento, para los 60.000 asistentes esperados.

Con la mayor inversión pública en su historia, Belém libra una carrera contrarreloj para restaurar monumentos, convertir su puerto de abandonados galpones en una zona de ocio y drenar su bahía fluvial para que anclen dos cruceros, que ampliarán la oferta de camas.

Sin olvidar el mercado donde sirve comidas Da Costa, de 57 años, que lleva más de dos décadas trabajando ahí.

- "Divisor de aguas" -

"La COP30 será un divisor de aguas" para la ciudad y la Amazonía, asegura a la AFP el alcalde Igor Normando, de 37 años, y primo del gobernador de Pará.

"El mundo verá los desafíos del pueblo amazónico y que no hay nada más justo que ayudarnos", dice Normando en lo alto del antiguo Fuerte del Presepio, con vistas al mercado de açaí, donde cada madrugada desembarcan toneladas de esta fruta amazónica para ser enviadas dentro y fuera de Brasil.

La mayor selva tropical del planeta es vital para la lucha contra el cambio climático a la vez que sufre sus embates, con incendios y sequías cada año más extremas.

Expertos consideran la cita prevista entre el 10 y el 21 de noviembre como una oportunidad crucial para revertir el curso del calentamiento, con un firme compromiso para reducir las emisiones mundiales y preservar la selva.

- "Bajo la copa de un árbol" -

Por eso, en el nuevo Parque da Cidade, un antiguo aeroclub donde se concentrarán los eventos de la COP30 junto al centro de convenciones destinado a las negociaciones oficiales, las alusiones a la naturaleza y las culturas indígenas de la región se multiplicarán.

Entre las estructuras metálicas ya en pie para acoger polos de gastronomía y artesanía, se plantan árboles nativos como la sumaúma y la siringa, y las excavadoras preparan el terreno para un lago.

Sustituir el asfalto por zonas verdes en una de las ciudades menos arborizadas de Brasil -pese a estar en Amazonía- es también el objetivo declarado de las autoridades.

Quizás especialmente después de que el presidente Lula asegurara en 2023 que las reuniones de la primera COP amazónica, cuya sede promovió personalmente tras su vuelta al poder, podrían realizarse "bajo la copa de un árbol".

- Ciudad invisibilizada -

Belém son "dos ciudades: la que todo el mundo verá, incluidos los jefes de Estado, y otra que es invisibilizada", afirma el historiador Michel Pinho.

Max Moraes, un barquero de 56 años de Vila da Barca, un barrio de palafitos del centro que malvive sin saneamiento básico muy cerca de torres de apartamentos de lujo, se indigna.

"¿Adónde va a parar el dinero (para la COP30)? ¿A ayudar a la población?", se pregunta escéptico este hombre sentado en una pasarela de madera, sobre un lecho de basura que flota en un agua amarillenta.

Pero en Vila da Barca, fundada hace un siglo por pescadores y codiciada ahora por la especulación inmobiliaria, según sus líderes, la resistencia es clave.

- "Amazonía urbana" -

"Aquí nuestra lucha es diaria" y "queremos que la COP30 nos tenga en cuenta, porque también vivimos en la Amazonía, aunque sea una Amazonía urbana", asegura Inez Medeiros, una profesora de 37 años, dirigente social del barrio.

Con más de 20 años de atraso, la alcaldía acaba de entregar un centenar de casitas de vivienda social, que permitirá a algunas familias disfrutar al fin de un hogar digno.

Cada victoria es un incentivo, afirma Medeiros. Su próximo reto: abrir un pequeño hotel flotante que acogerá a participantes de la COP para que conozcan de primera mano Belém, "detrás de los focos".

Y.Tengku--CPN